Los miércoles tiene lugar nuestra reunión de #DiferenciaHoraria. Cada semana la dinámica se repite a las 7:00 p.m. GMT+1 - 2:00 p.m. GMT-3.
Intentamos que esta hora y algo más, se asemeje a nuestras típicas reuniones limeñas de fin de semana. Este blog se ha convertido en el pretexto perfecto que nos “obliga” a vernos - a través de la pantalla-, a estar en contacto y no caer en la ingratitud. Además, aprovechamos a ponernos al día de lo que ha pasado en los últimos siete días, poca cosa estando confinadas, y en hablar sobre los temas que escribiremos cada una y sobre la “Escala” en común. Entre ambas fases (ay, las fases) se difumina un tema que siempre- pero, siempre, siempre- sale a relucir: la imperiosa necesidad de tener trabajo.
Así es que en nuestra última reunión nos cuestionamos el porqué de esta necesidad.
Antes de compartir nuestras reflexiones, es importante reconocer nuestras diferencias en cuanto a la gestión económica. Vane tiene la máxima YOLO (you only live once) por bandera, por su parte, Alicia repite hasta la saciedad #ahorroesprogreso (aquí los economistas no estarían muy de acuerdo).
Pero, esta necesidad por tener trabajo…¿es simplemente un tema de supervivencia -económica?
Preguntas y respuestas que iban y venían para poder entender nuestra “pequeña desesperación” por tener un trabajo, pasaron a fusionarse sin importar quién preguntase. “¿Necesitamos dinero para pagarnos los pequeños placeres de la vida? Sí, pero creo que no va por ahí la cosa, al final nuestros ahorros, felizmente, nos lo permiten. ¿Si te pagaran 8000 euros por ser “ama de casa” aceptarías? No rotundo. Entonces no es solo un tema de dinero, ¿no?”
Betty Friedan, con su libro “La mística de la feminidad”,allá por 1963, ya adelantaba el malestar que sentían las mujeres de la época por no formar parte del mundo productivo y pasar sus días cuidando a sus hijos e hijas, siendo la esposa perfecta para un marido siempre ausente.
Por otro lado, hemos crecido con dos estigmas sociales importantes:
El poco valor que se le otorga al ámbito reproductivo. Un trabajo completamente invisibilizado, no remunerado y completamente altruista que ejercen, principalmente, madres y esposas sin recibir nada a cambio (ni un gracias, la mayoría de las veces).
El estigma de estar desempleada. El desempleo genera una falta de identidad, y una falta de pertenencia a un grupo que va mellando en la autoestima. Además, hay una tendencia a pensar que quien no trabaja es porque no quiere y por lo tanto es una vaga, e incluso una incompetente.
¿Somos entonces producto de una sociedad que mide el éxito por el reconocimiento profesional?
Sí. Puede que estemos o no 100% de acuerdo con esta medición del éxito. Pero estamos completamente convencidas de que queremos seguir sirviendo a la sociedad desde el mundo productivo. No obstante, somos muy conscientes de la importancia y el valor que tiene el mundo de los cuidados en la sociedad.
Se busca curro / laburo / chamba. Si te enteras de algo, piensa en nosotras 😉
Foto: El Espectador
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