El artículo de hoy parte de tres negaciones: no me suelo meter en política, no soy madre y no soy profesora. Por lo que no debería tener mucho interés en escribir sobre esto, pero si hay algo que me enerva de la gestión política en temas de educación en la actual pandemia es precisamente la ausencia de la misma.
Creo firmemente en que la educación es el bien más preciado de una sociedad. Una buena educación pública ayuda a romper barreras de desigualdad y a generar oportunidades de forma equitativa. Ayuda a construir una sociedad más igualitaria y mejores ciudadanos. Sin duda, es la base estructural de cualquier sociedad.
Y al parecer, la clase política de nuestro país, Ministerio de Educación y correspondientes Consejerías de Educación de las Comunidades Autónomas, no le dan la misma importancia. Y han dejado esta materia pendiente para precisamente hoy, momento en el que escribo este artículo.
A dos semanas de iniciar el curso académico en España, siendo hoy 25 de agosto, es cuando las Consejerías, el Ministerio y el Presidente se han reunido para tomar decisiones de cómo será el plan retorno a las aulas. Hasta ahora, en la mayoría de los casos, ni la comunidad educativa, ni las familias han sido informadas de cómo será el curso entrante. Al parecer, para las Instituciones involucradas, no han sido suficiente los últimos cuatro meses para generar un plan retorno en el que, el profesorado y el alumnado, vuelvan a las clases con unas medidas de seguridad que vayan más allá del uso obligatorio de la mascarilla.
Pareciera que los profesores, y sus familias (recordemos que también tienen familia), son inmunes al virus, y mientras fuera de las aulas les prohíben reunirse con más de diez personas en un mismo evento y al aire libre, de puertas para adentro deben impartir clases en un aula a 30 alumnos y sin distancia de seguridad. Dice el Gobierno que se han contratado 30.000 docentes más que en cursos anteriores para evitar esa situación. Pero, ¿cuentan los colegios e institutos públicos con espacio suficiente para desdoblar los grupos de alumnos?
Pareciera que los padres y madres de familia pudiesen seguir haciendo malabares eternamente mientras intentan “conciliar”. “Suerte” aquellos que pueden teletrabajar. Veremos qué pasa con aquellas familias que sus trabajos son 100% presenciales en el caso de que hubiese un nuevo cierre de colegios. Quizá el Ministerio de Trabajo debería también estar involucrado en esta toma de decisiones del plan retorno a las aulas.
Pareciera que a los alumnos y alumnas no les fuese a impactar demasiado este “parón”. Supongo que esto lo sabremos a largo plazo, pero ¿cuándo hemos sido largoplacistas en España?
Pareciera que estuviésemos esperando qué sucede en países vecinos, donde el curso académico inicia semanas antes, para, a partir de eso, tomar decisiones de un día para otro. Sin adecuar los espacios; sin medir todos los posibles riesgos; sin elaborar un plan B, C, D... Z; y sin invertir en recursos necesarios para adaptar la educación a un posible formato online.
Son tiempos difíciles con decisiones difíciles. Pero han sido cuatro meses que se deberían haber invertido en trabajar y reducir la incertidumbre de profesores, padres y madres de familia y alumnado. Cuatro meses para que la vuelta a las aulas sea lo más segura posible para todas las partes involucradas y no volver a un marzo fatídico.
Foto tomada por mí.
Comments