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Gracias, Messi

No me gusta el fútbol. De hecho podría decir que lo detesto. Considero que está lejos de representar los valores del deporte. Y que, tanto jugadores como afición, sacan lo peor del ser humano en cada partido. Que me perdonen mis amigos peruanos por dicha afirmación, pues fueron premiados como la mejor afición del mundo en el Mundial de Rusia 2018. Y eso no lo pongo en duda.


Entonces, ¿por qué le doy las gracias a Messi en este artículo?


Fácil. Después de ocho meses escuchando, leyendo, discutiendo, haciéndonos expertos en pandemias, “monotematizando” nuestras conversaciones en torno al Coronavirus y todo lo relacionado al mismo, llega Messi y lo cambia todo. Ocho meses después, por fin, hemos conseguido diversificar nuestras conversaciones, aunque sea para hablar del futuro de Messi, del Barça y de LaLiga. Hasta yo misma he leído las noticias relacionadas al futbolista y la mala relación que tiene con la directiva del Club. Un dramón.


Ha sido como una inyección de energía renovada que te ayuda a recordar que hay vida más allá del Coronavirus.


El Covid19 ha conseguido monopolizar las noticias de los últimos ocho meses. No importa el periódico que leas, la radio que escuches, el canal de TV que veas o los divulgadores / influencers que sigas en las redes sociales. Todo, o casi todo, se centra en el virus del 2020. Contagios, muertes, hospitalizaciones, capacidad de los hospitales, UCIs, medidas de seguridad, Estado de Alarma, cuarentena. Y sobre todo mucho miedo.


A esto hay que sumarle el impacto económico que está teniendo el Coronavirus en una gran cantidad de sectores, el desempleo y la caída del PIB, así como el tratamiento de esta información en los medios de comunicación. Y también la difusión de otras noticias, siempre negativas, como los resultados del cambio climático, los recientes incendios en varias partes de España, y las manifestaciones en todo el mundo que demuestran el descontento global de la sociedad.


Recuerdo que allá por 2013, el ex presidente peruano, Ollanta Humala, pedía a los medios de comunicación peruanos que hicieran el esfuerzo de divulgar 15 minutos al día de noticias positivas. Por supuesto tuvo muchas críticas por insinuar qué es lo que deberían o no publicar los medios de comunicación. Sin entrar a valorar si era competencia del Presidente sugerir qué tipo de contenido deberían tratar los periodistas, yo entendí algo de ese mensaje: algo positivo debe estar pasando ahí fuera que sirva de motivación e inspiración para el resto.


Pero al parecer era yo la que estaba equivocada. Un año después, el diario ruso The City Reporter llevó a cabo una nueva política en el que durante un día a la semana solo publicaría noticias positivas. Durante ese tiempo su audiencia cayó una tercera parte. Y claro, los medios tienen que vender.


Así, este 2020, entre medios de comunicación y población, hemos entrado en un bucle catastrofista del que todos somos partícipes y cómplices.


Y como a todo, a esta adicción por las noticias negativas, hay que darle un nombre: doomsurfing o doomscrolling.


Resulta que leer noticias negativas nos hace estar más alerta en un contexto de incertidumbre como el actual. Y creemos tener mayor conocimiento ante acontecimientos similares y por tanto poder reaccionar a tiempo.


Sin embargo, yo soy de la opinión que tanta noticia negativa nos desmoraliza a nivel individual y colectivo, nos divide y nos impacta emocionalmente.


Así que de nuevo, gracias, Messi.

Foto: Getty Images



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