El Covid-19 nos agarró desprevenidos a todos. Muchos nos hemos dado cuenta que vivir bajo cuatro paredes, puede sacar lo peor de nosotros; pero, también, nos hemos dado cuenta lo afortunados que somos por estar sanos. Alguno de nosotros, hemos colapsado varias veces y otros, están a punto de hacerlo.
El cuidarnos para no infectarnos nos llevó, obligatoria y no obligatoriamente, a guardarnos y; este encierro, ha quebrado relaciones. Varios han sufrido desamor y han decidido separarse. La prueba de convivir 24 horas durante más de 3 meses al parecer fue dura.
¿Existe, entonces, el desamor en tiempos de pandemia? Yo creo que existe el desamor por incompatibilidad, falta de comunicación y soporte.
Ciudades como Wuhan y Shanghái en China reportaron, tras el confinamiento, que la cifra de divorcios se duplicó. En Gran Bretaña, pasó lo mismo.
Sin duda, las relaciones que ya venían mal, fueron más vulnerables a la separación. El encierro simplemente “fue la gota que derramó el vaso”. Pero ¿y las relaciones “saludables”? Al parecer, no eran tan fuertes.
La pandemia afectó a las personas y esto repercutió en su dinámica diaria en pareja.
En la normalidad, las parejas tienen estrategias de desfogue: salir con los amigos o ir al trabajo. Estas pequeñas satisfacciones ayudan a olvidar algunos problemas de casa. Con la pandemia, este mecanismo desapareció.
Por otro lado, muchas parejas sintieron que “se les agotaron los temas para hablar” y decidieron ocupar un lugar de la casa “sin molestar al otro”.
Las discusiones son parte de la convivencia, pero el encierro llevó a las parejas a discutir por tonterías. Una de las tantas discusiones en este contexto es la “seguridad”: hay que desinfectar los zapatos; hay que poner la ropa con la que sales a lavar; ¿quién desinfecta los alimentos de las compras?. Hay quienes son más freaks y hay otros que son más relajados. Esto da información, que quizás no percibías, normalmente, de tu pareja.
Otras discusiones radican en el reparto de las tareas del hogar y en el desempleo. Esto evidencia cuán equilibrada está la relación en términos de funcionalidad de la pareja.
Algunas otras parejas estaban enamoradas del estilo de vida de su pareja y no propiamente de la persona. Estaban acostumbrados a las salidas, los amigos, los viajes y, cuando se vieron encerrados, no había un soporte emocional donde refugiarse.
Creo que la pandemia ha evidenciado estos problemas existentes. Una pareja sin tolerancia, sin comunicación, sin respeto por el espacio del otro, sin un soporte de valores y creencias comunes y, obvio, sin amor; con o sin cuarentena, está destinada a fracasar.
Foto: Canva
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