Hace unos días, mientras paseaba en el auto, escuché un anuncio radial en donde un centro de psicología te invitaba a reconocer la importancia de tu salud mental y a pedir ayuda profesional si lo necesitabas. Me sorprendí gratamente porque en Perú, no se habla abiertamente de esto: “¿acaso estás loca para ir al psicólogo?” o “nadie puede enterarse que vas al psicólogo”.
Mi hermoso país, es bastante conservador y tradicional; ir al psicólogo está totalmente estigmatizado; una tiene que ir casi escondida. Este prejuicio puede generar que le restes importancia a tu salud mental y emocional.
El punto de partida para buscar a un psicólogo es cuando existe un problema que nos abruma, nos sobrepasa y que no sabemos cómo solucionar, causando malestar y sufrimiento. El problema existe - o por lo menos podemos detectarlo- cuando hay un divorcio entre lo que hacemos y lo que quisiéramos estar haciendo. Es decir, una discrepancia entre los resultados que obtienes y los que quisieras tener.
A veces no es tan fácil detectar la existencia de un problema y lo único que experimentamos es malestar, inconformidad… como que “algo no anda bien”. Otras veces, el resto nos hace ver que no estamos bien, pero tenemos resistencias inconscientes que nos bloquean a aceptar que podemos tener algun "dilema existencial". Es difícil; pero, si te detallo algunos motivos que desencadenan ir a terapia, quizás te ayuden a ver la existencia de un problema:
¿Tienes alguna dificultad personal como ansiedad?
¿Tienes alguna situación dolorosa como enfermedad, duelo, trauma o separación?
¿Tienes alguna dificultad en tus relaciones? Ya sea de pareja, familiar o trabajo.
¿Tienes deseo de cambiar algo?
Considero que todos deberíamos darnos un tiempo e ir a terapia porque siempre tenemos algún tema inconcluso que no hemos terminado de detectar y que repercute en nuestro desempeño del presente y, sin duda, generará problemas en nuestro futuro.
Todos tenemos problemas -gigantes, grandes y pequeños- así que cualquiera de nosotros puede beneficiarse al hablar con un especialista porque a través del autoconocimiento, podremos tomar decisiones más certeras y enfocarnos en los resultados que siempre hemos querido tener. Además, contaremos con hermosas y efectivas herramientas para solucionarlos.
¿Qué cosas aprendí yendo a terapia? A quererme a mi misma, a profundizar el sentido de mi vida, a detectar patrones de comportamiento generados inconscientemente en mi infancia, a conocer mis límites y a plantearme mis “no negociables”.
Llegar a conocerte a ti mismo para mejorar y no cometer los mismos errores, es lo más preciado que puedes tener y regalarte. Normalicemos ir a terapia.
Foto: Montt
Yorumlar