Este escrito es como una especie de catarsis que espero le sirva a muchos de ustedes para animarse a hacer cosas y cumplir sueños en el presente.
Siempre he tenido un lema de vida, y me mantengo firme en él: “Un día a la vez”. Esta frase me la repetía mi mamá desde que era muy pequeña cuando me veía agobiada por algo que ni siquiera había sucedido. Así que, abrazaba muy fuerte su mensaje y hasta el día de hoy, me mantiene con los pies en la tierra.
Un día a la vez se refleja en todos y cada uno de esos viajes soñados que he hecho; en esos momentos que me han dejado sin respiración; en todos esos cafés ricos que me he tomado con mis amigos y en cada una de las pequeñas inversiones que he hecho en mí y para mí.
Un día a la vez se ve evidenciado en todos esos “te quiero” que les repito a las personas que más me importan antes de despedirme de ellos.
Un día a la vez significa que lo único que tenemos es un hoy y que no sirve de nada agobiarnos por problemas que se pueden solucionar o que escapan de nuestras manos.
Un día a la vez debió verse reflejado en ese viaje soñado al Sudeste Asiático que siempre quise hacer y que quedó pendiente. Ahora, la vida cambió: llegó una pandemia mundial, vivo en un país nuevo, dejé mi trabajo estable de 7 años y me toca desaprender y construir nuevamente.
He organizado y repasado ese viaje en mi mente mil veces. Empezaría en Tailandia y luego iría a Cambodia, Vietnam, Laos, Birmania -a Myanmar para subirme a un globo aerostático como en Capadocia-; seguiría por Malasia e Indonesia. Y si se puede, llegaría hasta Filipinas para disfrutar de sus playas inéditas. Debí hacer ese viaje.
Ese sabor amargo del “debí hacer ese viaje” va en contra de mi famosa filosofía de vida. Yo voy por el mundo viviendo el hoy y mañana veo. Por el contrario, muchos pasan trabajando durante toda su vida ahorrando “para el futuro”, desperdiciando su hoy y dejando de lado esas ganas de viajar, de tomarse ese café, de salir -dejando todo para después.
Esta pandemia simplemente ha reforzado mi frase de vida. Yo dejando para más adelante mi viaje al Sudeste Asiático - por mil razones- y mi viaje desapareciendo del futuro cercano a causa de un virus y una nueva reconfiguración del mundo.
Así que.., haz ese viaje, tómate ese café y di te quiero que no sabemos cuando puede aparecer otra pandemia.
En lo que respecta a mí, a penas todo se normalice, me voy.
La foto la tomé yo en Capadocia, Turquía.
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